Llovia torrencialmente esa noche. Hera una lluvia pesada,que ahogaba todos los demas ruidos.
No hera una noche para andar por la calle. No heran horas de andar en la calle. No heran tiempos buenos.
Pero la suerte estaba hechada y habia una tarea que cumplir.
La puerta de la casa se entre-abrio y en cilencio tres figuras menudas se escurieron a la noche y a la lluvia, pegadas a la pared avanzaron hasta la esquina.Ni una luz se prendio en mitad de la noche y en mitad de la lluvia.
Llegaron empapados a la esquina, el de adelante dio la señal de seguir avanzando y los dos que llevaban la carga le siguieron, avanzaron tres bloques,subieron la cuesta hacia el centro de la ciudad,
En la esquina de la iglesia hicieron una pausa para asegurarse que no habia vigilancia en la plaza .
la lluvia seguia cayendo.
Llegaron hasta el porton pricipal de la iglesia, seguros de que nadie los veia dejaron caer el fardo y como lo habian imaginado a la luz del dia desenrollaron la larga manta en el suelo.Luego uno de ellos ya estaba en lo alto de la verja y le dieron un extremo para amarrarlo luego el otro ,al final amarraron el centro de la manta roja que rezaba una leyenda libertaria.
Con el corazon a mil, pero felices de haber cumplido la primera tarea encomendada por la direcion del movimiento al que recien se habian unido, los tres jovenes entre 15 & 16 años, emprendieron el regreso a casa bajo una pertinaz lluvia que ya no importaba.
En el centro del Kiosco de la plaza el joven guardia habia despertado al sargento y le habia señalado aquellas sombras que bajo la lluvia colgaban una manta en la verja de la iglesia.
-Vamos por ellos mi sargento?- pregunto el recluta.
El sargento mas molesto por haber sido despertado que por otra cosa dijo:
<Con esta lluvia? tas loco vos, a ver muchachos a ver si afinan desde aqui>
Siete M-16 asomaron sos bocas negras ,apuntaron a aquellos tres bultos, siete decargas casi al unisono estremecioeron la noche y la lluvia; y tres cuerpos rodaron cuesta abajo.
No se prendio ninguna luz... nunca se prenden...
La lluvia se mesclava con la sangre de los jovenes, dos cuerpos yacian inertes en el suelo,y una sombra huia cuesta abajo pegada ala pared.
Cuando paro la lluvia antes del amanecer , los soldados quitaron la pancarta levantaron los cuerpos y se fueron a continuar su ronda.
-Achis! que no heran tres?- dijo el soldado.
En noches como esta que llueve fuertemente y que no puedo dormir , todavia me acuerdo de ellos.
Nunca lo habia contado.Pero hoy me volvi a acordar.
FIN.
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